Desde el 11 de abril de 2025, fecha en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su anterior World Economic Outlook, hasta la actualidad, Argentina ha experimentado cambios significativos: la modificación del esquema cambiario, la eliminación del cepo, la reducción de las alícuotas de retenciones, una inflación que perforó el 2% mensual, un récord en la liquidación mensual de divisas y la aprobación de nuevos préstamos con organismos internacionales.
En un contexto internacional marcado por la incertidumbre, especialmente ante las disputas comerciales entre el gobierno de Donald Trump y China, ¿cómo posiciona el FMI a Argentina para los próximos años? ¿Cómo se compara con otros países de América Latina? ¿Es el plan económico del gobierno capaz de abordar los problemas estructurales de fondo? Este artículo analiza el último informe del FMI para responder estas preguntas.

El FMI proyecta un crecimiento económico mundial del 3% para 2025 y del 3,1% para 2026, una revisión al alza respecto a las estimaciones de abril de 2025. En un entorno de incertidumbre, la confianza y la previsibilidad serán factores clave para la recuperación económica. Argentina, además de enfrentar este contexto global, debe lidiar con desafíos internos.
El FMI estima que la inflación anual en Argentina se situará entre el 18% y el 23% para fines de 2025. Por su parte, el Producto Bruto Interno (PBI) del país también refleja perspectivas positivas. El FMI revisó al alza sus proyecciones en 0,2% para 2025 y 0,1% para 2026, estimando un crecimiento del 5,5% anual en 2025 y del 4,5% en 2026. Estos valores superan significativamente las proyecciones para otros países de la región, como Brasil (2,3% en 2025 y 2,1% en 2026), México (0,2% y 1,4%) o el promedio de América Latina y el Caribe (2,2% y 2,4%). Según el FMI, estos resultados estarían respaldados por la recuperación de los salarios reales, la expansión del crédito y un aumento en la confianza de los agentes económicos.
El equipo económico del presidente Javier Milei enfrenta un entorno global complejo, caracterizado por tensiones comerciales y disputas arancelarias que podrían condicionar el crecimiento. Sin embargo, Argentina presenta avances prometedores que podrían mitigar estos riesgos, como la reducción de retenciones, un régimen cambiario más flexible, un superávit fiscal sostenido y la recuperación de la actividad económica. El FMI subraya la importancia de restaurar la estabilidad en la política comercial, mantener reglas claras y predecibles, y garantizar la independencia del Banco Central. Asimismo, destaca la necesidad de impulsar la productividad y consolidar el espacio fiscal para sostener los resultados económicos a largo plazo.